domingo, 18 de enero de 2009

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Soy totalmente Palacio... de yerro”...



No es todavía ni la mitad de enero, pero al ritmo que vamos, para estas alturas a la gran mayoría de los mexicanos quedó muy claro que el año que comienza la cuesta está más que empinada, ardua.

Leche, huevos, panes han ganado, con respecto a la misma época del 2008, un 15% en la cascada de precios aumentados.

El miércoles se hizo público un urgente plan federal de 25 puntos del gobierno para “defender el empleo de cara a la crisis”, esa misma que Agustín Carstens todavía no distingue, blindado (cegar es una acepción de esa palabreja) como está, retozando en sus oficinas –¿soñará todavía con las rebasadas recetas metodológicas neoliberales de la exportación, ignorando que NO se crece con el mercado externo?

Por cierto, respecto al Plan presentado, suena bien. Hemos de desear que funcione por el bien de la Patria. Por lo menos parece que liderazgo habemus. Falta, claro, que fluya y sea auténtico y ojalá que los beneficios por las grandes obras que se construirán lleguen a la sociedad y no acaben en sociedad sospechosa como los del megatúnel subfluvial del Coatzacoalcos, relacionado con César Nava, su suegro, un Alcalde a modo y un ex director de Banobras que luego fue ex Secretario de Energía y ex candidato presidencial por el PAN.

Volviendo al punto. No se necesita ser un experto para pedir un poco de realidad al régimen y demandarle que si en serio quiere comportarse responsablemente con el pueblo al que se empeñó en dirigir, si es cierto que no busca pasar a la Historia cargando con el estigma de presidir un “Estado Fallido” (como gustan llamar sus amos gringos a los países que no se pliegan a sus designios) releve ya de sus cargos a ineptos de la considerable talla del doctor Carstens, quien confunde zapatos con libros y no distingue catarros con tos, de neumonías; se libre y nos libere de los nocivos efectos de incompetentes como Gerardo Ruiz Mateos, el debutante Secretario de Economía, quien hace sólo una semana tuvo la ocurrencia de preguntar “para qué las medidas preventivas, si la crisis no aparece”. ¡Ah, la bendita inocencia...y perplejez!

Tamaña inconexión de esos funcionarios con la realidad del país al que mal sirven sólo es comparable con la de Ramón Corral Ávila, titular de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) de la SAGARPA (cuyo Secretario pasaría por ser, precisamente, ¿un as, no?), el cual hace un par de días se refirió desdeñosamente al paro pesquero ‘Cero Pesca 2009’ que tiene lugar ¡en 8 entidades federativas, ubicadas en el Golfo de México y el Océano Pacífico!, minimizando sus alcances porque “no es un paro real, es sólo un acto desesperado”, porque de por sí está atracada la mitad (¡!) de la flota camaronera y atunera, “...aunque deben evaluar juntos (productores y gobierno) el problema de los costos” y aseguró que ‘no habrá desabasto’. En cuanto a la principal exigencia del sector de que se abaratese el diesel a $3.50 el litro, pues refirió, “no es una solución real.... porque no se pueden dar apoyos ficción”.

Dijo eso el despistado que ni siquiera fue capaz de entregar a tiempo las tarjetas “inteligentes” a sus destinatarios para que los empresarios de la pesca pudiesen aprovechar el subsidio al combustible antes de que le llegara el nuevo incremento de la semana.

Ya ni hablar del esquirol Javier Lozano Alarcón en la Secretaría del Trabajo, que parece dobletear sus “modestos” emolumentos con negocios riesgosos, según relató el señor Zheng Lee Yong (cuyos familiares, por cierto, obtuvieron un amparo federal para sí, frente a las acusaciones que les hizo la PGR) y buenos tratos con el capital extranjero en el ramo minero.

Lo grave de la miopía contagiosa de esa plaga de garduños, ignorantes e insensibles metidos al gabinete del Ejecutivo federal es que están arriesgando la gobernabilidad del país. El foxiato fue su caldo de cultivo, una Era de “cambio” en que, gracias a los criterios gerenciales, México pasó de ser la 9ª economía del planeta al lugar 15º, todo un cambio.

Bien que el 2009 será un año de elecciones, pero no es posible que cretinos de esa desproporción continúen a cargo de conducir al país en un océano proceloso de crisis ambiental, energética, alimentaria y financiera mundiales –y, en nuestro caso, de inseguridad– todo al mismo tiempo; superficiales como se exhiben, pagados de sí, que no arriesgan nada suyo pero sí a perder a la República que con tanto sacrificio construyó el pueblo, soflamando la rebelión y el caos social.

Gracias a gente como esa nuestro país dejó de crecer estos 8 años el modesto 6% anual de la mala era priísta (arañamos por lograr ahora siquiera un 0.3%), es decir, menos no sólo que la Venezuela del histriónico Chávez y ni qué hablar del Brasil pujante, sino que ¡Haití!

Aun los cálculos más conservadores lo avisan. Hay 17 millones de hambrientos en nuestro México. La diferencia con los otros millones que subsisten por el salario mínimo no es gran cosa. Con el retorno de trabajadores migrantes se complica la situación. No se trata de presentar las cosas edulcoradas para que suenen bien y evitar el nerviosismo. Se juega con fuego.

Definitivamente, el Jefe del Ejecutivo federal sabrá qué favores les está pagando a esos incapaces. Allá él; pero en los días que corren, queda claro también que si quiere que funcione el Plan de los 25 puntos debe dejarlos ir; ellos están bien para anuncios de baratas histéricas de mercancías o para autopromocionarse en los medios ante desprevenidos, con “spots” triunfalistas, pero inútiles, y encarnando el slogan “Soy totalmente Palacio... de yerro”.

Jorge Lara Rivera

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