Ayer el Lic. Jesús González Schmall estuvo con nosotros en el círculo de estudios de la Casa de Cultura Jaime Sabines, para hablar sobre la Soberanía en México.
El Lic. Schmall recordó que hace 187 años el General Zaragoza derrotaba al ejército más poderoso del mundo, en condiciones muy desiguales, y precisamente para defender la soberanía de México.
También recordó cual era, en la época de la monarquía, el concepto de soberanía y como, a raíz de lo que pasaba en la Nueva España, los teólogos juristas españoles cuestionaron este concepto.
Fue hasta la Revolución Francesa cuando se comienza a pensar en que el pueblo es quien debe ejercer la soberanía. La soberanía radica en su ejercicio y debe ser para eu beneficio.
Es en la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos donde se consagra que para su ejercicio se crea la República y la división de poderes. Dice el artículo 39: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”.
Pero la soberanía no es un concepto etéreo y abstracto, es en el hecho de ejercerla que existe.
Al analizar el México actual, el Lic. Schmall dijo que es necesario que los ciudadanos ejerzamos nuestra soberanía.
El pelele Calderón no llegó al poder a través de un mandato soberano, sino usurpando un lugar y sin legitimidad, e inventó la guerra contra el narco para legitimarse, se sabe espurio y usurpador y ha cometido errores garrafales que como nunca han dañado a la nación.
La guerra contra el narco es el pretexto que permite la mayor injerencia norteamericana en México, y el pelele ha aceptado todas las condiciones que le han impuesto y que favorecen a los extranjeros sobre el bienestar nacional.
Sus tres años de gobierno espurio se han caracterizado por grandes atrocidades, como esta de sacar el ejército a las calles, en una supuesta guerra contra el narcotráfico, obligándolo a cumplir funciones policiales, lo cual es claramente anticonstitucional, y a partir de lo cual el narcotráfico se ha vuelto crimen organizado; secuestro, robos, asesinatos, con un gran costo social que el narcotráfico no tenía.
El crimen organizado ha alcanzado dimensiones escandalosas y el pelele no reconsidera su estrategia de supuesta lucha al narco, porque en realidad sus intereses son otros, y nunca el que en nuestro país haya seguridad, un mejor nivel de vida o bienestar social.
Es el movimiento obradorista la esperanza para cambiar esta situación: solamente el pueblo organizado podrá ,ejercerciendo su soberanía, llegar a tener un gobernante que sí vea por sus intereses.
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