El despertar
Las dos lógicas
José Agustín Ortiz Pinchetti
La preocupación de los integrantes de los comités obradoristas en la sierra nororiente de Puebla era cómo organizar el pasado jueves un gran acto en Teziutlán. Andrés Manuel viajaría a la perla de la sierra a evaluar el trabajo de meses. En el pueblerío de la abrupta sierra se han formado más de 60 comités municipales y territoriales. Organizar y trasladar a los representantes es difícil. Los partidos gastan cientos de miles de pesos en actos semejantes. Los comités dependen de la iniciativa y las aportaciones voluntarias.
Consiguieron el teatro Victoria –recinto antiguo recién remodelado–, así como sillas, mesas, edecanes y el refrigerio. Ordenaron listas, prepararon marbetes y cuidaron la seguridad. Tres pueblos convergieron para llevar tortas y refrescos.
El acto fue un éxito de autogestión. Estuvieron presentes 30 comités municipales. Se tomó protesta a 33 nuevos y pasaron lista cerca de 400 activistas. Se organizó un bailable previo. El maestro de ceremonias y varios oradores dieron la bienvenida, incluso en náhuatl. Llegó gente de los pueblos limítrofes de Veracruz. Después de un informe de avances, Andrés Manuel dirigió un mensaje, recibido con entusiasmo. A la hora del refrigerio se dieron cuenta de que la ración de tortas se había multiplicado milagrosamente y la gente se pudo llevar un itacate. Al final todos sintieron esa alegría que se genera con la participación voluntaria, disciplinada y exitosa.
Mientras, la clase política está atrapada. El PAN, después de años de abrirle camino al PRI para que regrese, se da cuenta del desastre que se le viene encima y genera resistencia y se alía hasta con los partidos que victimizó en el fraude de 2006. Todos coinciden en que lo fundamental es detener al PRI en las elecciones estatales de este año e impedirle ganar la gubernatura del estado de México en 2011. Esto confunde e irrita a los priístas, que ya sentían en sus manos la Presidencia por otros 70 años. El PRI aún es un partido autoritario y corrupto. Los gobernadores son operadores de la compra y la coacción del voto. El gobierno panista es impotente para detenerlos.
Los comités en Teziutlán operan con la lógica de la participación voluntaria, la entrega a una causa y la voluntad de salvar a México. La lógica de la partidocracia es mantenerse en el poder. Seguir en una o en otra forma aliados a la oligarquía. Seguro a los políticos que medran en la capital, los comités serranos pueden parecerles ingenuos. Pero éstos con otros miles forman un gran movimiento de presión social que puede cambiar el rumbo y sacar a México de la decadencia.
jaorpin@yahoo.com.mx
lunes, 5 de abril de 2010
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