México, Distrito Federal
Sábado 11 de julio de 2009
* Discurso del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, durante la asamblea informativa realizada esta tarde en la explanada principal de la delegación Iztapalapa
Amigas y amigos de Iztapalapa:
Me da mucho gusto estar aquí de nuevo con ustedes. Aquí, donde hace menos de un mes tomábamos la decisión de enfrentar el fraude anticipado.
Como es evidente, atravesamos por la peor crisis económica, social y política de los últimos tiempos. Nunca, desde el Porfiriato y la Revolución, se había padecido de tanta opresión, pobreza y violencia.
Según nuestra visión, este periodo decadente ha sido provocado por el predominio de un grupo de potentados que se ha venido enriqueciendo inmensamente al amparo del poder público, condenando a la mayoría de los mexicanos al desamparo, la sobrevivencia, al destierro y al sufrimiento.
Además, como sostenemos, esta mafia ha confiscado todos los poderes y se ha venido imponiendo mediante la manipulación que ejercen la mayoría de los medios de comunicación.
Es innegable que vivimos en una República aparente, simulada, falsa. Se habla de que nos rige un Estado de Derecho, pero lo cierto es que se trata de un Estado de cohecho. Se dice también que las instituciones están al servicio del pueblo, pero en realidad dependen de los designios de los poderosos. Se insiste en que hay democracia, pero estrictamente hablando esto no es cierto, porque no existe un gobierno del pueblo y para el pueblo. Lo que hay es una oligarquía que significa exactamente lo opuesto: el gobierno al servicio de unos pocos.
En estas circunstancias se celebraron las elecciones del domingo pasado y quedó demostrado, una vez más, la injerencia de esta mafia para favorecer a sus dos partidos principales, el PRI y el PAN, y a sus otras organizaciones políticas.
El distintivo de estas elecciones fue el uso de dinero a raudales para traficar con la pobreza de la gente. De manera descarada compraron votos; entregaron despensas, vales, materiales de construcción y condicionaron programas sociales.
Según nuestros cálculos, con este propósito se destinaron alrededor de 20 mil millones de dólares, principalmente del presupuesto público y de otras fuentes de financiamiento.
Asimismo, para cerrar la pinza, contaron, como es obvio, con el uso faccioso de los medios de comunicación. Baste decir que durante la campaña, según el monitoreo del IFE a noticieros de radio y televisión, llevado a cabo por la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, mientras el PRI recibió 107 menciones positivas y 194 negativas; el PT, por ejemplo, obtuvo 9 positivas y 136 negativas. Es decir, por cada valoración positiva para el PRI, 2 negativas, mientras que al PT, por cada nota positiva, 15 negativas.
A pesar de esta enorme inequidad, nuestro movimiento obtuvo buenos resultados. Logramos el propósito de que el PT y Convergencia, acosados por la mafia, mantuvieran su registro como partidos políticos. Tendremos un grupo bien definido de diputados federales de los tres partidos, que sabrán defender al pueblo y a la nación.
Pero lo más significativo de todo, ha sido el caso de la elección en Iztapalapa. Aquí, el domingo pasado, en condiciones por demás adversas, se derrotó a la mafia del poder en México que quiso consumar un descarado fraude electoral anticipado. Para ser más claros, aquí, con el apoyo de este pueblo ejemplar, se derrotó a Carlos Salinas, a Manlio Fabio Beltrones, a Felipe Calderón y a demás integrantes de la mafia.
Aquí también se derrotó al Tribunal Electoral Federal que está a su servicio, se derrotó a Televisa y a otros medios de comunicación, y a toda esa caterva de políticos corruptos, de paleros y achichincles.
En esencia, aquí se demostró que la mafia del poder en México no es invencible. Aquí quedó de manifiesto que el poder del pueblo es superior al poder de la oligarquía. Por eso fue realmente significativo el triunfo en Iztapalapa.
Desde mi particular punto de vista, en Iztapalapa se reunieron, se conjugaron varios factores. Aquí existe un pueblo conciente y dispuesto a participar en la defensa de sus derechos sociales y políticos. Aquí se ha avanzado en la organización desde abajo y con la gente. Hay buenos dirigentes sociales. Hubo la unidad necesaria al interior de nuestro movimiento.
Muchos brigadistas, promotores del voto trabajaron informando y orientando casa por casa. Tuvimos candidatos como Rafael Acosta, que ha sabido poner por encima de sus legítimas aspiraciones personales, el interés general; y contamos con una extraordinaria dirigente popular, Clara Brugada. Una mujer con convicciones y firmeza, cuyo compromiso con el pueblo se percibe sincero y genera confianza.
Ahora bien, amigas y amigos, se terminó una primera etapa, pero tenemos que seguir adelante y cumplir los compromisos adquiridos con la gente.
Estamos seguros que Rafael Acosta, jefe delegacional electo, sabrá honrar su palabra, que se mantendrá como Ulises, amarrado al mástil de nuestro movimiento escuchando el canto de las sirenas sin caer en tentaciones. Su contribución ha sido fundamental. Con su ejemplo está demostrando que la dignidad no tiene precio, que la vida es muy breve como para enlodarla.
A Clara Brugada, le corresponde gobernar como lo ha propuesto, escuchando y respetando a todos, pero atendiendo primero a los que más lo necesitan. Por el bien de todos, primero los pobres.
Le corresponde manejar la administración pública con honestidad y austeridad republicana; organizando a los habitantes de Iztapalapa en cada pueblo, barrio, colonia y unidad habitacional para llevar a cabo un verdadero gobierno popular; distribuyendo el presupuesto con justicia y sin condicionamientos políticos de ninguna índole; echando a andar su proyecto de generación de empleos, mediante la contratación de los mismos vecinos para realizar las obras de mantenimiento de escuelas, unidades habitacionales y otros espacios públicos; hacer efectivo el derecho a la educación pública, gratuita y de calidad; garantizar el derecho a la salud y al bienestar, así como resolver el sentido problema del abasto de agua.
También de este laboratorio de la democracia que ha sido Iztapalapa, surge como enseñanza mayor de que lo esencial, lo más importante es la gente, lo más importante es el pueblo.
Nosotros no tenemos dinero ni tenemos los medios de comunicación, pero contamos con el apoyo de millones de mexicanos y eso es lo más importante.
Como bien decía Juárez: con el pueblo todo, sin el pueblo nada. Tener muy presente que la renovación de la vida pública de México sólo será posible si trabajamos con perseverancia, haciendo conciencia y organizando al pueblo. Sólo con la participación ciudadana podremos sacar adelante al país. Sólo el pueblo puede salvar al pueblo, sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación.
Nunca olvidemos que el objetivo principal es derrotar a la oligarquía, en el terreno político, de manera pacífica, para devolverle el poder al pueblo o entregárselo por primera vez, para hacer valer la auténtica y verdadera democracia. Porque cuando haya un gobierno del pueblo y para el pueblo, las riquezas de México serán distribuidas con justicia y cada hombre, cada mujer, cada joven, cada anciano, cada niño, podrá triunfar, soñar, ser feliz y vivir sin angustias ni temores. Y sólo entonces en este país generoso y eterno, de abundantes recursos naturales y extraordinaria cultura, se pondrá un alto al afán de lucro, la codicia y el odio, y renacerá la esperanza, la prosperidad y prevalecerá, por encima de todo, la inmensa bondad que hay en nuestro pueblo.
Amigas y amigos:
Es larga la travesía, todavía tenemos que vencer muchos obstáculos. Se requerirá de muchas fatigas, pero es mayor la satisfacción que produce el luchar por causas justas y por nuestros ideales.
Y esto, como lo he dicho en otras ocasiones, es la felicidad, porque la felicidad no es acumular bienes materiales, la felicidad no es la riqueza, la felicidad es estar bien con uno mismo, estar bien con nuestras conciencias y estar bien con el prójimo. Y por eso estamos luchando, porque somos felices queremos el bien de todos, el bien del pueblo.
Hacia delante debemos seguir fortaleciendo nuestro movimiento en todo el país; consolidar los comités municipales; seguir convenciendo y adhiriendo a más ciudadanos; crear redes alternativas de información para resistir el embate y contrarrestar la manipulación de los medios de comunicación.
Y aquí quiero aclarar que desgraciadamente sí es la mayoría de los medios de comunicación, pero hay honrosas excepciones, hay todavía prensa libre, hay periodistas independientes. Para ellos mi respeto y mi reconocimiento.
Y también, por eso para aclarar, que nuestras diferencias no son con los trabajadores de los medios de comunicación, no son con los periodistas ni con camarógrafos ni fotógrafos, sino que son con los de mero arriba, que pertenecen a esta mafia del poder, a la cual hago referencia.
También a ellos, a los de la mafia, les decimos que no nos caen mal, que no es por eso que los señalamos, que no tenemos enemigos ni queremos tenerlos, que tenemos adversarios, que si los mencionamos y los combatimos en buena lid, es porque significan un lastre para México, que es lo que impide que este país pueda salir adelante y porque ellos son los causantes de la tragedia nacional, que están empobreciendo a nuestro pueblo. Por eso los señalamos.
Tenemos que estar preparados para seguir defendiendo con la movilización ciudadana, la economía popular y el patrimonio nacional.
Hablaba yo de que vamos a tener un grupo de diputados federales de los tres partidos. Cumplimos con ese propósito, dijimos durante la campaña que no queríamos que fueran muchos, que fueran pocos pero mejores, pocos pero efectivos, pocos pero bien definidos, porque se va a necesitar, porque ya conocemos cómo actúan los de esta mafia del poder.
Ahora, con la grave crisis económica, ahora que se está cayendo la economía, que hay mortandad de negocios, que hay desgraciadamente despidos de muchos trabajadores, que están perdiendo sus fuentes de empleo, ahora también en medio de esta crisis, se está cayendo la recaudación de impuestos, y van a argumentar que no hay dinero en el gobierno, en vez de hacer un ajuste al gasto superfluo, en vez de recortar los sueldos de 600 mil pesos mensuales, en vez de suprimir la partida de 6 mil millones de pesos para gastos médicos de los altos funcionarios públicos, en vez de cobrarle a los impuestos a los de arriba, porque se debe de saber y lo tenemos que repetir en todas las plazas públicas que las grandes corporaciones no pagan impuestos.
Por ejemplo la Coca Cola paga 2 por ciento de impuestos, Bimbo paga 1 por ciento de impuestos, Maseca paga 1 por ciento de impuestos, Cemex paga 3 por ciento de impuestos, Telmex paga 4 por ciento de impuestos, mientras que cualquier trabajador asalariado paga hasta el 30 por ciento de impuestos y cualquier comerciante y cualquier pequeño y mediano empresario.
Pero en vez de pensar en una reforma fiscal progresiva, para que pague más el que tiene más, van a querer ahora cometer la infamia de cobrar impuestos por la comida y por las medicinas.
Y ahí es a donde queremos a nuestros diputados, para que cuando presenten esa iniciativa se paren firmes y, si es necesario, tomen la tribuna y se declaren huelga legislativa hasta que se rechace esa iniciativa y todo aquello que signifique seguir oprimiendo al pueblo.
Por eso es que tenemos que estar pendientes, para la movilización en la defensa de la economía popular y del patrimonio nacional.
En términos políticos, debemos ir pensando que en el 2012 tendremos otra cita con la historia. Es evidente que la mafia del poder ya está promoviendo a Enrique Peña Nieto como candidato a la Presidencia.
O ¿no está claro eso?
Ya no le sirve el PAN y ahora, como esta mafia compró las franquicias de estos dos partidos, son los dueños del PRI y del PAN, utilizan a uno u a otro, de acuerdo a lo que les conviene. Nos robaron la Presidencia de la República en el 2006, pero ¿quién le ayudó en ese fraude al PAN, ordenado por la mafia? El PRI.
Cuando ya no les servía Madrazo, lo bajaron para inflar a Calderón y cerrarnos el paso y robarnos la Presidencia de la República.
Ahora, como ya calculan que el PAN va en decadencia, ya están elaborando, ya están creando al nuevo muñeco, al nuevo pelele, al candidato de la mafia y al final, muchos de los que apoyaron al PAN, van a apoyar al candidato de los que verdaderamente manda y se creen amos y señores de México.
Nosotros postularemos, en su momento, a quien esté mejor posicionado, pero lo más importante es que otra vez, lo más importante es el proyecto, lo más importante es que otra vez el pueblo de México tendrá la oportunidad de decidir entre dos proyectos distintos y contrapuestos de nación.
Uno, que representa más de lo mismo, el predominio de los intereses de la oligarquía, de la mafia.
Y el otro, el nuestro, que entraña un cambio verdadero en todos los órdenes de la vida pública, con una nueva economía, una nueva forma de hacer política y una sociedad más justa, más humana y más igualitaria.
Muchas gracias a todas, a todos ustedes.
Muchas gracias al ejemplar pueblo de Iztapalapa.
Muchas gracias a las mujeres y a los hombres que apoyaron como brigadistas voluntarios.
Muchas gracias a promotoras y promotores del voto, a quienes cuidaron las casillas.
Muchas gracias a los artistas e intelectuales que nos ayudaron a consumar esta gesta cívica.
Muchas gracias a Jesús Ramírez, Rafael Barajas “El Fisgón”, Pedro Miguel y a muchos otros.
Muchas gracias a Héctor Vasconcelos, hijo de José Vasconcelos, el mejor secretario de Educación Pública que ha tenido nuestro país, muchas gracias a Héctor por su compañía en las asambleas informativas durante la campaña en Iztapalapa.
Muchas gracias a los dirigentes del PRD, en especial a los del Distrito Federal. Menciono a Manuel Oropeza, a Armando Quintero, a Pablo Gómez y a otros.
Muchas gracias a los candidatos a diputados locales y federales del PRD y del PT.
Muchas gracias a los dirigentes nacionales del PT y de Convergencia. En particular, a Alberto Anaya.
Muchas gracias a los dirigentes de organizaciones sociales y ciudadanas de Iztapalapa.
Muchas gracias a Rafael Acosta.
Muchas gracias a Clara Brugada.
Y muchas gracias, de todo corazón, a ustedes, asistentes a este acto, que son la vanguardia y el motor de nuestro movimiento.
Amigas y amigos:
¿Vamos a seguir trabajando?
Nos asiste la razón y la razón siempre triunfa. México y su pueblo merecen un mejor destino.
Pensemos, para darnos fuerza en nuestro interior, para darnos fuerza ante cualquier adversidad, pensemos lo que decía Juárez: el triunfo de la reacción, y yo diría: el triunfo de la derecha es moralmente imposible.
En México va a triunfar más temprano que tarde la causa de la justicia, la causa de la democracia.
Vamos hacia delante, amigas y amigos, con mucha alegría, con mucho optimismo, porque, como lo dije, estamos luchando en pos de otros, y esto es la felicidad.
¡Viva el pueblo de Iztapalapa!
¡Viva nuestro movimiento!
¡Vivan las mujeres!
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